¿Qué es una tarjeta revolving?


¿Qué es una tarjeta revolving?

Una tarjeta revolving es un tipo de tarjeta de crédito que permite al titular pagar una cantidad mínima mensualmente y financiar el saldo restante para pagar en cuotas o de forma aplazada. A diferencia de las tarjetas de crédito tradicionales, las tarjetas revolving no requieren que se pague el saldo total cada mes, sino que permiten llevar un saldo pendiente de un mes a otro.

El término «revolving» hace referencia a la posibilidad de que el crédito se renueve automáticamente una vez que se ha pagado una parte del saldo. Esto significa que, a medida que se realiza el pago mensual mínimo, se liberan esos fondos nuevamente para ser utilizados en nuevas compras.

Las tarjetas revolving suelen tener una línea de crédito preestablecida, y los titulares pueden utilizarla para realizar compras en comercios o realizar retiros en efectivo en cajeros automáticos. Cada mes, el titular recibe un estado de cuenta que indica el saldo pendiente, el pago mínimo requerido y las opciones de financiamiento disponibles.

Es importante tener en cuenta que las tarjetas revolving suelen tener tasas de interés más altas que las tarjetas de crédito tradicionales, lo que puede generar un aumento significativo de la deuda si no se gestionan correctamente. Si no se realiza el pago total del saldo cada mes, se aplicarán intereses sobre el saldo pendiente y esto puede llevar a una acumulación de deuda a largo plazo.

Debido a los riesgos asociados con las tarjetas revolving y su potencial para generar deudas excesivas, es fundamental utilizarlas de manera responsable y asegurarse de comprender completamente los términos y condiciones de la tarjeta antes de solicitarla o utilizarla.

Las tarjetas revolving, también denominadas coloquialmente tarjetas abusivas, son un tipo de tarjetas de crédito que permiten aplazar el pago de las compras aplicando intereses. Aunque generalmente tengan formato de tarjeta, se instrumentan como un crédito al consumo.

Una de sus principales características es que permite hacer pagos independientemente de que se disponga de fondos o no en la cuenta asociada.

En este sentido funciona como una tarjeta de crédito, pero la diferencia está en que el usuario de una tarjeta revolving puede aplazar la devolución del dinero en lugar de pagar en la fecha de liquidación, como si de un crédito al consumo se tratase.

Así, los pagos se realizarán según las cuotas pactadas, a las que se aplicarán los intereses remuneratorios correspondientes.

Este producto de crédito ha ganado en popularidad gracias a su flexibilidad y, sobre todo, a lo lucrativo que resulta para las entidades financieras que las emiten. El principal problema que tienen las tarjetas revolving, además de que su comercialización en muchos casos es poco transparente, es que suelen aplicar unos intereses muy elevados.

Los intereses en una tarjeta revolving pueden incluso superar el 25% TAE, lo que según multitud de sentencias implica usura. Es por esta práctica usuraria por la que, en muchos círculos, llaman «tarjetas abusivas» a las tarjetas revolving.

Por ese motivo, la Ley de 23 de julio de 1908 de Represión de la Usura se ha convertido en una herramienta clave para que los clientes afectados por las tarjetas revolving puedan reclamar.

El funcionamiento de las tarjetas revolving ha inducido a una gran cantidad de consumidores afectados a caer en una espiral de endeudamiento de la que, en muchas ocasiones, es muy difícil salir.


 

Deja un comentario